La succión que produce la ventosa produce un aumento de la irrigación sanguínea permitiendo un mayor flujo de oxígeno y nutrientes en la zona afectada. Esto provoca un aumento de los procesos metabólicos como la respiración celular, aumentando la excreción de compuestos desechables como el nitrógeno, agua, CO2, fosfatos, sulfatos etc. Produce también localmente una liberación miofascial, mejorando el deslizamiento entre los tejidos del cuerpo. Su aplicación es directa sobre la piel del paciente.
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